miércoles, 21 de diciembre de 2011

La historia de Nicky

Nicky

Personaje niño rubio: Nicky
¡Bienvenidos amig@s! Mi nombre es Nicky y tengo 12 años.
Voy a un colegio que está cerca de la urbanización en la que vivimos. No tengo ningún hermano, aunque no me hubiese importado tener alguno. Mi padre es médico y trabaja en un hospital, mi madre es abogada y trabaja en un despacho que está en el centro de la ciudad.
Soy buen estudiante, normalmente saco notas bastante buenas y me las arreglo bien yo solo para hacer mis deberes todos los días. Aunque mi madre tiene un ordenador en su estudio, el año pasado me compró uno para mí solo para que pueda hacer bien los deberes que me mandan en el cole.
Después del colegio voy a clases de inglés dos veces por semana y otro día a la semana entreno al fútbol con el equipo del colegio, ¡me encanta jugar partidos contra equipos de otros coles los sábados! Pero lo que de verdad me vuelve loco es la Fórmula 1.
Tengo muchos juegos de coches para el ordenador y puedo jugar contra otros niños por Internet, ¡es muy divertido!, cada uno puede estar en una parte del mundo distinta. Además de jugar por Internet me gusta entretenerme buscando cosas que me gustan. ¡ni os podéis imaginar la de cosas que puedes encontrar navegando de un sitio para otro con un simple clic! También tengo una cuenta de correo electrónico que utilizo para enviar correos a mis primos que viven en el extranjero.
¿Sabéis que ya tengo teléfono móvil? Me lo regalaron mis padrinos por mi último cumpleaños. A mi madre no le hizo mucha gracia, pero la he prometido que sólo lo usaré para escuchar música, bajarme algún tono chulo y enviarles algún sms a mis amigos.
¿Te apetece ser mi amigo?
¡Verás qué gran cantidad de cosas podemos conocer juntos!
¡Hasta pronto!

Feliz navidad


feliz

navidad

La historia de Clica

Clica

Personaje niña con vestido: Clica
¡Hola chic@s! Yo soy Clica y tengo 9 años.
Tengo dos hermanos mayores que yo. Mi hermana la mayor tiene 17 años y ya va al insti y mi hermano está en 3º de la ESO y tiene 14 años. Mi papá es un mecánico estupendo y tiene un taller donde arregla coches, mi mamá es ama de casa.
Soy buena estudiante, pero mis padres y mi profe dicen que soy algo despistada y que si prestase más atención a las cosas que me dicen, sacaría unas notas mucho mejores. En realidad, lo que pasa es que soy muy habladora y  me encanta charlar con mis compis del cole, además me aburro haciendo mucho rato la misma cosa.
En mi casa sólo tenemos un ordenador, es de mi hermana mayor y por eso lo tiene en su cuarto, pero cuando lo necesito para hacer trabajos del cole me lo presta. Ella me ha enseñado a «chatear», así que de vez en cuando chateo con dos de mis mejores amigas del colegio.
Algún fin de semana, mis padres me dejan ir a casa de alguna de mis amigas a jugar. Nos encanta pasar el rato juntas jugando a cualquier cosa, pero lo que más nos gusta es conectarnos a Internet con el ordenador, ¡podemos hacer tantas cosas!.
Lo que más me gustaría es tener un perrito en casa. El problema es que mis padres no me dejan tenerlo porque ya somos muchos en casa y un perro tiene que correr por un jardín, así que me tengo que conformar buscando cosas de perros en Internet. ¡Es muy divertido!, puedo ver muchos videos graciosos y fotos.
¡Espero que aprendamos juntos muchas cosas sobre Internet!
¡Hasta pronto!

viernes, 16 de diciembre de 2011

La historia de halloween

Halloween (contracción de All Hallows' Evening, Noche de todos los Santos), también conocido como Noche de Brujas o Noche de Difuntos, es una fiesta de origen celta que se celebra principalmente en los Estados Unidos, México, Canadá, Irlanda y el Reino Unido en la noche del 31 de octubre. Tiene origen en la festividad celta del Samhain y la festividad cristiana del Día de todos los santos. En gran parte, es una celebración secular aunque algunos consideran que posee un trasfondo religioso. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición a América del Norte durante la Gran hambruna irlandesa de 1840.[1]
El día se asocia a menudo con los colores naranja, negro y morado y está fuertemente ligado a símbolos como la Jack-o'-lantern. Las actividades típicas de Halloween son el famoso truco o trato y las fiestas de disfraces, además de las hogueras, la visita de casas encantadas, las bromas, la lectura historias de miedo y el visionado películas de terror.

Estrella marina

La historia de estrella marina

Para Estrella Marina, la vida es como el mar, llena de peligros y maldad, pero también es luchar y salir adelante, por eso, sus sueños y el amor por los suyos la mantienen fuerte ante cualquier marea que quiera derrumbarla. Lejos de su padre, esta humilde pescadora ha sufrido por el trastorno que padece la loca Casilda, su madre, quien quedó en este estado tras ser violada por Guillermo, un adinerado hombre que vive atormentado por su pecado. Desde ese momento, la loca Casilda vaga entre los pueblos sin rumbo alguno. Sin embargo, a falta de sus padres, Estrella recibió el abrigo de sus humildes padrinos, quienes la han criado desde pequeña.
En su afición por estudiar, aprendió a leer, y mediante los libros, conoció el amor, un amor mágico que Víctor Manuel Galíndez le ha ido transmitiendo mediante sus obras…
El famoso escritor vive desde hace años viajando por diferentes rumbos, escribiendo a la vez sus múltiples aventuras como marinero… pero un día, el destino y la fatalidad se cruzan en su camino, al conocer a una extraña mujer que le roba el corazón desde el primer momento, una relación tormentosa que desata una increíble pasión entre Víctor Manuel y Coral, de quien no sabe nada más que eso, su nombre. Sin embargo, esta relación termina cuando el marinero se entera que la extraña mujer murió en un trágico accidente.
Devastado y sintiéndose culpable por la muerte de Coral, Víctor Manuel regresa a Playa Escondida, el pueblo en donde creció. Hundido en el alcohol, intenta olvidar sus penas pero nunca imaginó que entre tanta oscuridad, encontraría una estrella que le devolvería el brillo a su vida.
Estrella Marina reconoce al autor que le hizo vivir el amor en sus sueños. Muy emocionada, decide ayudar al marinero, quien en un comienzo, no acepta que Estrella entre en su corazón, pero con la ternura de la humilde pescadora, Víctor Manuel queda rendido de amor por ella…
Sin embargo, comienzan a aparecer problemas para Estrella, pues León Parra Ibáñez quiere construir un complejo hotelero, y para llevar a cabo sus planes, tiene que desalojar a todos los pescadores que viven en Playa Escondida y comprarle las tierras que le pertenecen a Víctor Manuel Galíndez, por lo cual, su caprichosa hija Oriana se encarga de seducir al escritor para que este acceda a venderle sus terrenos a León.
En medio de una oscura noche, regresa la loca Casilda al pueblo. Llena de rencor y venganza hacia los que le hicieron daño, intenta suicidarse entrando en medio del mar, pero logran rescatarla, es ahora cuando Estrella necesita trabajar para curar a su madre, por lo que entra a casa de León Parra Ibáñez como sirvienta. Al verla, León queda impactado con su gran belleza y quiere hacerla suya, mientras Oriana solo se encarga de hacerle la vida imposible. En esta casa, Guillermo se encariña con Estrella, para mas tarde enterarse que ella es la hija que abandonó años atrás con su madre. Ahogado en una profunda depresión, el le confiesa a Estrella que es quien le causó tanto daño a Casilda, por ende, su padre.
El amor entre Estrella y Víctor Manuel comienza a verse debilitado ya que tras las intrigas de los Parra Ibáñez, un terrible día Víctor Manuel cree ver a Estrella teniendo relaciones con León. En venganza, él se enreda con Oriana ante los ojos de Estrella. Dolida y con el corazón destrozado por todo lo que ha vivido, Estrella se lleva a Casilda a la capital para curarla del trastorno que padece, a su vez, huyendo del desamor de Víctor Manuel y la presencia de su padre.
Una vez en la capital, conoce al mejor psiquiatra, Hernán Irazábal, quien se enamora perdidamente de ella. Víctor Manuel se entera que todo fue una trampa de Oriana y León y decide buscar a Estrella, pero es cuando regresa aquella enigmática mujer que lo enamoro en el pasado. Coral es arrojada por el mar, sin tener recuerdo alguno, incluso, sin reconocer a Víctor Manuel. El, sintiéndose culpable por la situación de Coral, decide ayudarla, cuando en realidad, ella solo quiere permanecer a su lado para conquistarlo y disfrutar de su riqueza.
Hernán ayuda a Casilda a curarse, mientras que protege a una indefensa y decepcionada Estrella, quien, comienza a sentir afecto por el psiquiatra, debido a todas las atenciones que el tiene hacia ella. El tiempo pasa y Hernán convierte a Estrella en una mujer exitosa. Mientras Coral logra retener a su lado a Víctor Manuel alegando estar trastornada y no saber nada de su pasado, sin tener a alguien que la socorra.
El camino para Estrella parece verse libre de problemas. Guillermo le entrega su herencia, dejando en la ruina a una arrepentida Oriana y a un furioso León. Su madre, Casilda, se cura de su trastorno y un maravilloso hombre que la corteja y que ha sido como un ángel en su vida, la ha ayudado a superarse, Estrella es ahora una gran empresaria.
Sin embargo, el pasado regresa a sus días, pues llega a manos de Hernán el caso de Coral, con ella, un Víctor Manuel que no deja de buscar a Estrella. Hernán trata de evitar que ambos se reencuentren pero es inevitable, las olas llegan a su cause y los caminos se vuelven a cruzar. Una Estrella cambiada se encuentra ante un Víctor Manuel arrepentido y atado a una Coral trastornada, quien está dispuesta a quitar de su camino a quien le estorbe en sus planes, un León lleno de venganza dispuesto a acabar con Estrella por haberlo dejado sin sus riquezas, un Guillermo que suplica el perdón de su hija, pero también, una Oriana arrepentida y una curada Casilda quienes serán el paño de lágrimas de la confundida Estrella, que no sabe si elegir al que la ayudó a levantarse, o al hombre que le rompió sus ilusiones pero a quien ama con todo el corazón…
Sólo el verdadero lazo de amor entre Víctor Manuel y Estrella Marina podrá resistir las intrigas de Coral, la venganza de León y los celos de Hernán, sólo luchando porque el destino no los separe y así puedan quedarse juntos, verán que el amor es también como el mar, generoso, noble y muy profundo.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

lunes, 12 de diciembre de 2011

Inazuma Eleven

Mikey mouse

Esta especie de ratón humanizado fue creado durante un viaje en tren que Disney realizaba con Lillian, su esposa, de California a Nueva York. Esos días, el joven Walt estaba irritado: había descubierto que una pequeña cláusula de su contrato le privaba de los derechos de autor de su primer éxito: Oswald, el conejo de la suerte, un monigote inspirado en los tebeos en blanco y negro de la época, con la cara blanca, el cuerpo negro, pantalones cortos, guantes y zapatos amplios. Oswald y Mickey sólo se diferenciaban en las orejas, el rabo y el morro. Era evidente que el hábil Disney se calcó a sí mismo. Su venganza estaba servida.
El primer impulso de Walt fue llamar a su ratoncito Mortimer, nombre que a su esposa le pareció demasiado pretencioso, y le sugirió el más cercano de Mickey.
La simplicidad del diseño era una de las claves del dibujo, y estaba destinado a que Ub Iwerks, su mejor amigo, trabajara a gran velocidad. Disney lo tuvo muy claro desde un principio, y desglosa así a su personaje: "Su cabeza era un círculo con otro círculo a modo de hocico. Su cuerpo era como una pera y tenía una cola larga; sus patas eran tubos de pipa y se las metimos en zapatos grandes para darle el aspecto de un chiquillo con el calzado de su padre".
En los años 30, Mickey era ídolo de niños y adultos de los cinco continentes: el presidente Franklin Roosevelt o el rey Jorge V de Inglaterra exigían que en sus sesiones privadas de cine se incluyera un corto del ratón más viajero de la historia
Los años 30 fueron la década de la conquista del mercado internacional: desde Europa a Japón, pasando por África, Mickey se convirtió en el personaje favorito de los niños. Y de los no tan niños: el presidente Franklin Roosevelt, por ejemplo, o el rey Jorge V de Inglaterra, exigían que en sus sesiones privadas de cine se incluyera, previamente, un corto de Mickey.
En enero de 1930 empezó a publicarse una tira cómica de Mickey Mouse en la prensa, en principio dibujada por Ub Iwerks y escrita por el propio Disney. Durante esta década, el Mickey animado fue un personaje que deambuló por el planeta y el espacio. Sus aventuras transcurren desde los Alpes a los mares del Sur. Mickey se convertirá en minero, vaquero, taxista, náufrago, ciclista, pescador, marinero, camionero, boxeador..., incluso árabe. Aunque siempre conservando, como sucede con Charlot, ese espíritu de vagabundo dispuesto a meterse en aventuras y emprender el accidentado camino de la vida.

La historia de Mulan

Muchos vieron o saben de la versión de Disney sobre “Mulan”, que rompió récords de taquilla en 1998. Pero lo que pocos saben es que, aunque tuvo mucho éxito, la historia que relataba distaba mucho de la historia real. En la película hay una casamentera, la abuela, el General Li, Mushu –un dragón con características de ardilla- y Cri-Kee, un grillo de la suerte, entre otros. En la historia original, Mulan regresó victoriosa y fue convocada por el emperador. Pero en la película, su triunfo fue mucho más allá, ya que personalmente “rescató al emperador”. Y así sucesivamente. El público chino estaba muy sorprendido por las alteraciones de la historia, pero consideraba que por lo menos ahora Mulan era conocida mundialmente.
En realidad, para entender la época y el mundo interior de Mulan, lo mejor sería leer “Oda a Mulan”, de Yue-fu, una antigua colección de canciones y baladas chinas. Así se puede apreciar mejor esta popular leyenda que ha perdurado por más de mil años.
Hay muchas versiones contradictorias sobre el apellido de Mulan, dónde vivió y cuándo nació. La versión más confiable es la del libro “Leyenda del mono muy triste”, de Xu Wei de la dinastía Ming. El libro dice que el apellido de Mulan era Hua. Su padre, Hua Hu, fue un oficial de la reserva del ejército. Eran cinco en la familia: su hermana mayor Hua Mulian, su hermano menor Hua Xiong y su madre de apellido Yuan. El libro “Camino a Kangyou” dice que Mulan vivió hace unos mil años. Los registros del condado de Shangqiu de la provincia de Henan dicen que vivió en el pueblo de Song.
El poema “Oda a Mulan” tiene el mérito de haber transmitido la historia de Mulan hasta nuestros días. El largo poema narrativo canta alabanzas a Mulan por unirse al ejército disfrazada de hombre para servir en lugar de su anciano padre. En el poema, el emperador es llamado Kahn y la batalla ocurre en el norte de China. Entre los lugares mencionados se destacan el famoso Río Amarillo y la Montaña Negra, que al sudeste de Huhhot, en la región de Mongolia Interior, es llamada Montaña Sahu. La Montaña Yan es la Montaña Yanran, también conocida como Montaña Hang-Ai en Mongolia Interior.
“Oda a Mulan” describe al comienzo del poema la emergencia militar del momento: “El emperador convocó al ejército en una emergencia” y “había 12 rollos de pergamino con el alistamiento militar”. La familia de Mulan solo tenía un hermano de corta edad. El padre y la madre eran ancianos. En esa época de crisis, Mulan se unió valientemente al ejército en lugar de su padre. En el poema hay descripciones sobre cómo ella se apuró en comprar un caballo y demás equipamiento antes de partir al ejército. Se despidió de sus padres por la mañana, marchó a gran velocidad y acampó a orillas del Río Amarillo. Participó en varias batallas y soportó la vida del ejército durante mucho tiempo, mientras que varios soldados y oficiales murieron en las batallas. Durante todo el tiempo, Mulan disimuló con éxito que en realidad era una mujer.
Luego de que el ejército ganara la guerra, regresó a su pueblo para mantener a sus padres. Mulan, quien poseía las virtudes de lealtad, piedad filial, sabiduría y valentía, merece ser considerada una mujer destacada, de buen carácter y seguidora de excelentes tradiciones.

Nashid al Watani

La Caperucita Roja

Erase una vez una niña muy bonita. Su

madre le habia hecho una capa roja y la

niña la llevaba tan a menudo que todo

el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un dia , su madre le pidio que llevase unos

pasteles a su abuelita que vivia al otro lado del

bosque , recomendandole que no se

entretuviese en el camino , porque cruzar el

bosque era muy peligroso , ya que siempre

estaba acechando por alli el lobo.
Caperucita Roja recogio la cesta con los

pasteles y se puso en camino. La niña tenia

que atravesar el bosque para llegar a casa de

la Abuelita , pero no tenia miedo porque alli

siempre se encontraba con muchos amigos:

los pajaros, las ardillas...
De repente vio al lobo , que era enorme ,

delante de ella.
- ¿A donde vas , niña? - le pregunto el lobo

con su voz ronca.
- A casa de mi Abuelita - dijo Caperucita.
- No esta lejos - penso el lobo para si,

dandose media vuelta.
Caperucita puso su cesta en la hierba y se

entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido

-penso- , no tengo nada que temer. La abuelita

se pondra muy contenta cuando la lleve un

hermoso ramo de flores ademas de los

pasteles.
Mientras , el lobo se fue a casa de la

Abuelita , llamo suavemente a la puerta y la

abuelita le abrio pensando que era su nieta

Caperucita. Un cazador que pasaba por alli

habia observado la llegada del lobo.
El lobo devoro a la Abuelita y se puso su gorro rosa

se metio en la cama y cerro los ojos. No tuvo que

esperar mucho , ya queCaperucita Roja llego

enseguida , toda muy contenta.
La niña se acerco a la cama y vio que su abuela

estaba muy cambiada.
- Abuelita , abuelita , ¡que ojos mas grandes tienes!
- Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de

imitar la voz de la abuela.
- Abuelita , abuelita , ¡que orejas mas grandes

tienes!
- Son para oirte mejor- siguio diciendo el lobo.
- Abuelita , abuelita , ¡que dientes mas grandes

tienes!
- Son para...¡comerte mejoooor!- y diciendo esto,

el lobo malvado se abalanzo sobre Caperucitay la

devoro al igual que habia hecho con la abuelita.
Mientras tanto, el cazador se habia quedado

preocupado y creyendo adivinar las malas

intenciones del lobo, decidio echar un vistazo a ver

si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Pidio

ayuda a un segador y los dos juntos llegaron al

lugar.
Vieron la puerta de la casa abierta y al lobo

tumbado en la cama, dormido de tan harto que

estaba.
El cazador saco su cuchillo y rajo el vientre del

lobo. La Abuelita y Caperucita estaban alli, ¡vivas!.
Para castigar al malvado lobo , el cazador le lleno el

vientre de piedras y luego lo volvio a cerrar.

Cuando el lobo desperto de su pesado sueño,

sintio muchisima sed y se dirigio a un estanque

proximo para beber. Como las piedras pesaban

mucho, cayo en el estanque de cabeza y se

ahogo.
    
En cuanto a Caperucita y su abuela, no sufrieron

mas que un gran susto, pero Caperucita Roja

habia aprendido la leccion. Prometio a su Abuelita

no hablar con ningun desconocido que se

encontrara en su camino. De ahora en adelante ,

seguiria los consejos de su Abuelita y de su Mama.
FIN


La bella durmiente

Èrase una vez... una reina que dio a luz una niña muy hermosa. Al bautismo invitó a todas las hadas de su reino, pero se olvidó, desgraciadamente, de invitar a la más malvada. A pesar de ello, esta hada maligna se presentó igualmente al castillo y, al pasar por delante de la cuna de la pequeña, dijo despechada: "¡A los dieciséis años te pincharás con un huso y morirás!" Un hada buena que había cerca, al oír el maleficio, pronunció un encantamiento a fin de mitigar la terrible condena: al pincharse en vez de morir, la muchacha permanecería dormida durante cien años y solo el beso de un joven príncipe la despertaría de su profundo sueño. Pasaron los años y la princesita se convirtió en la muchacha más hermosa del reino. El rey había ordenado quemar todos los husos del castillo para que la princesa no pudiera pincharse con ninguno. No obstante, el día que cumplía los dieciséis años, la princesa acudió a un lugar del castillo que todos creían deshabitado, y donde una vieja sirvienta, desconocedora de la prohibición del rey, estaba hilando. Por curiosidad, la muchacha le pidió a la mujer que le dejara probar. "No es fácil hilar la lana", le dijo la sirvienta. "Mas si tienes paciencia te enseñaré." La maldición del hada malvada estaba a punto de concretarse. La princesa se pinchó con un huso y cayó fulminada al suelo como muerta. Médicos y magos fueron llamados a consulta. Sin embargo, ninguno logró vencer el maleficio. El hada buena sabedora de lo ocurrido, corrió a palacio para consolar a su amiga la reina. La encontró llorando junto a la cama llena de flores donde estaba tendida la princesa. "¡No morirá! ¡Puedes estar segura!" la consoló, "Solo que por cien años ella dormirá" La reina, hecha un mar de lágrimas, exclamó: "¡Oh, si yo pudiera dormir!" Entonces, el hada buena pensó: 'Si con un encantamiento se durmieran todos, la princesa, al despertar encontraría a todos sus seres queridos a su entorno.' La varita dorada del hada se alzó y trazó en el aire una espiral mágica. Al instante todos los habitantes del castillo se durmieron. " ¡Dormid tranquilos! Volveré dentro de cien años para vuestro despertar." dijo el hada echando un último vistazo al castillo, ahora inmerso en un profundo sueño.En el castillo todo había enmudecido, nada se movía con vida. Péndulos y relojes repiquetearon hasta que su cuerda se acabó. El tiempo parecía haberse detenido realmente. Alrededor del castillo, sumergido en el sueño, empezó a crecer como por encanto, un extraño y frondoso bosque con plantas trepadoras que lo rodeaban como una barrera impenetrable. En el transcurso del tiempo, el castillo quedó oculto con la maleza y fue olvidado de todo el mundo. Pero al término del siglo, un príncipe, que perseguía a un jabalí, llegó hasta sus alrededores. El animal herido, para salvarse de su perseguidor, no halló mejor escondite que la espesura de los zarzales que rodeaban el castillo. El príncipe descendió de su caballo y, con su espada, intentó abrirse camino. Avanzaba lentamente porque la maraña era muy densa. Descorazonado, estaba a punto de retroceder cuando, al apartar una rama, vio... Siguió avanzando hasta llegar al castillo. El puente levadizo estaba bajado. Llevando al caballo sujeto por las riendas, entró, y cuando vio a todos los habitantes tendidos en las escaleras, en los pasillos, en el patio, pensó con horror que estaban muertos, Luego se tranquilizó al comprobar que solo estaban dormidos. "¡Despertad! ¡Despertad!", chilló una y otra vez, pero en vano. Cada vez más extrañado, se adentró en el castillo hasta llegar a la habitación donde dormía la princesa. Durante mucho rato contempló aquel rostro sereno, lleno de paz y belleza; sintió nacer en su corazón el amor que siempre había esperado en vano. Emocionado, se acercó a ella, tomó la mano de la muchacha y delicadamente la besó... Con aquel beso, de pronto la muchacha se desesperezó y abrió los ojos, despertando del larguísimo sueño. Al ver frente a sí al príncipe, murmuró: ¡Por fin habéis llegado! En mis sueños acariciaba este momento tanto tiempo esperado." El encantamiento se había roto. La princesa se levantó y tendió su mano al príncipe. En aquel momento todo el castillo despertó. Todos se levantaron, mirándose sorprendidos y diciéndose qué era lo que había sucedido. Al darse cuenta, corrieron locos de alegría junto a la princesa, más hermosa y feliz que nunca. Al cabo de unos días, el castillo, hasta entonces inmerso en el silencio, se llenó de cantos, de música y de alegres risas con motivo de la boda. 

La historia de Estrella Marina

Para Estrella Marina, la vida es como el mar, llena de peligros y maldad, pero también es luchar y salir adelante, por eso, sus sueños y el amor por los suyos la mantienen fuerte ante cualquier marea que quiera derrumbarla. Lejos de su padre, esta humilde pescadora ha sufrido por el trastorno que padece la loca Casilda, su madre, quien quedó en este estado tras ser violada por Guillermo, un adinerado hombre que vive atormentado por su pecado. Desde ese momento, la loca Casilda vaga entre los pueblos sin rumbo alguno. Sin embargo, a falta de sus padres, Estrella recibió el abrigo de sus humildes padrinos, quienes la han criado desde pequeña.
En su afición por estudiar, aprendió a leer, y mediante los libros, conoció el amor, un amor mágico que Víctor Manuel Galíndez le ha ido transmitiendo mediante sus obras…
El famoso escritor vive desde hace años viajando por diferentes rumbos, escribiendo a la vez sus múltiples aventuras como marinero… pero un día, el destino y la fatalidad se cruzan en su camino, al conocer a una extraña mujer que le roba el corazón desde el primer momento, una relación tormentosa que desata una increíble pasión entre Víctor Manuel y Coral, de quien no sabe nada más que eso, su nombre. Sin embargo, esta relación termina cuando el marinero se entera que la extraña mujer murió en un trágico accidente.
Devastado y sintiéndose culpable por la muerte de Coral, Víctor Manuel regresa a Playa Escondida, el pueblo en donde creció. Hundido en el alcohol, intenta olvidar sus penas pero nunca imaginó que entre tanta oscuridad, encontraría una estrella que le devolvería el brillo a su vida.
Estrella Marina reconoce al autor que le hizo vivir el amor en sus sueños. Muy emocionada, decide ayudar al marinero, quien en un comienzo, no acepta que Estrella entre en su corazón, pero con la ternura de la humilde pescadora, Víctor Manuel queda rendido de amor por ella…
Sin embargo, comienzan a aparecer problemas para Estrella, pues León Parra Ibáñez quiere construir un complejo hotelero, y para llevar a cabo sus planes, tiene que desalojar a todos los pescadores que viven en Playa Escondida y comprarle las tierras que le pertenecen a Víctor Manuel Galíndez, por lo cual, su caprichosa hija Oriana se encarga de seducir al escritor para que este acceda a venderle sus terrenos a León.
En medio de una oscura noche, regresa la loca Casilda al pueblo. Llena de rencor y venganza hacia los que le hicieron daño, intenta suicidarse entrando en medio del mar, pero logran rescatarla, es ahora cuando Estrella necesita trabajar para curar a su madre, por lo que entra a casa de León Parra Ibáñez como sirvienta. Al verla, León queda impactado con su gran belleza y quiere hacerla suya, mientras Oriana solo se encarga de hacerle la vida imposible. En esta casa, Guillermo se encariña con Estrella, para mas tarde enterarse que ella es la hija que abandonó años atrás con su madre. Ahogado en una profunda depresión, el le confiesa a Estrella que es quien le causó tanto daño a Casilda, por ende, su padre.
El amor entre Estrella y Víctor Manuel comienza a verse debilitado ya que tras las intrigas de los Parra Ibáñez, un terrible día Víctor Manuel cree ver a Estrella teniendo relaciones con León. En venganza, él se enreda con Oriana ante los ojos de Estrella. Dolida y con el corazón destrozado por todo lo que ha vivido, Estrella se lleva a Casilda a la capital para curarla del trastorno que padece, a su vez, huyendo del desamor de Víctor Manuel y la presencia de su padre.
Una vez en la capital, conoce al mejor psiquiatra, Hernán Irazábal, quien se enamora perdidamente de ella. Víctor Manuel se entera que todo fue una trampa de Oriana y León y decide buscar a Estrella, pero es cuando regresa aquella enigmática mujer que lo enamoro en el pasado. Coral es arrojada por el mar, sin tener recuerdo alguno, incluso, sin reconocer a Víctor Manuel. El, sintiéndose culpable por la situación de Coral, decide ayudarla, cuando en realidad, ella solo quiere permanecer a su lado para conquistarlo y disfrutar de su riqueza.
Hernán ayuda a Casilda a curarse, mientras que protege a una indefensa y decepcionada Estrella, quien, comienza a sentir afecto por el psiquiatra, debido a todas las atenciones que el tiene hacia ella. El tiempo pasa y Hernán convierte a Estrella en una mujer exitosa. Mientras Coral logra retener a su lado a Víctor Manuel alegando estar trastornada y no saber nada de su pasado, sin tener a alguien que la socorra.
El camino para Estrella parece verse libre de problemas. Guillermo le entrega su herencia, dejando en la ruina a una arrepentida Oriana y a un furioso León. Su madre, Casilda, se cura de su trastorno y un maravilloso hombre que la corteja y que ha sido como un ángel en su vida, la ha ayudado a superarse, Estrella es ahora una gran empresaria.
Sin embargo, el pasado regresa a sus días, pues llega a manos de Hernán el caso de Coral, con ella, un Víctor Manuel que no deja de buscar a Estrella. Hernán trata de evitar que ambos se reencuentren pero es inevitable, las olas llegan a su cause y los caminos se vuelven a cruzar. Una Estrella cambiada se encuentra ante un Víctor Manuel arrepentido y atado a una Coral trastornada, quien está dispuesta a quitar de su camino a quien le estorbe en sus planes, un León lleno de venganza dispuesto a acabar con Estrella por haberlo dejado sin sus riquezas, un Guillermo que suplica el perdón de su hija, pero también, una Oriana arrepentida y una curada Casilda quienes serán el paño de lágrimas de la confundida Estrella, que no sabe si elegir al que la ayudó a levantarse, o al hombre que le rompió sus ilusiones pero a quien ama con todo el corazón…
Sólo el verdadero lazo de amor entre Víctor Manuel y Estrella Marina podrá resistir las intrigas de Coral, la venganza de León y los celos de Hernán, sólo luchando porque el destino no los separe y así puedan quedarse juntos, verán que el amor es también como el mar, generoso, noble y muy profundo

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La Bella y la Bestia

Había una vez un mercader muy rico que tenía seis hijos, tres varones y tres mujeres; y como era hombre de muchos bienes y de vasta cultura, no reparaba en gastos para educarlos y los rodeó de toda suerte de maestros. Las tres hijas eran muy hermosas; pero la más joven despertaba tanta admiración, que de pequeña todos la apodaban “la bella niña”, de modo que por fin se le quedó este nombre para envidia de sus hermanas.
No sólo era la menor mucho más bonita que las otras, sino también más bondadosa. Las dos hermanas mayores ostentaban con desprecio sus riquezas antes quienes tenían menos que ellas; se hacían las grandes damas y se negaban a que las visitasen las hijas de los demás mercaderes: únicamente las personas de mucho rango eran dignas de hacerles compañía. Se lo pasaban en todos los bailes, reuniones, comedias y paseos, y despreciaban a la menor porque empleaba gran parte de su tiempo en la lectura de buenos libros.
Las tres jóvenes, agraciadas y poseedoras de muchas riquezas, eran solicitadas en matrimonio por muchos mercaderes de la región, pero las dos mayores los despreciaban y rechazaban diciendo que sólo se casarían con un noble: por lo menos un duque o conde
La Bella -pues así era como la conocían y llamaban todos a la menor- agradecía muy cortésmente el interés de cuantos querían tomarla por esposa, y los atendía con suma amabilidad y delicadeza; pero les alegaba que aún era muy joven y que deseaba pasar algunos años más en compañía de su padre.
De un solo golpe perdió el mercader todos sus bienes, y no le quedó más que una pequeña casa de campo a buena distancia de la ciudad.
Totalmente destrozado, lleno de pena su corazón, llorando hizo saber a sus hijos que era forzoso trasladarse a esta casa, donde para ganarse la vida tendrían que trabajar como campesinos.
Sus dos hijas mayores respondieron con la altivez que siempre demostraban en toda ocasión, que de ningún modo abandonarían la ciudad, pues no les faltaban enamorados que se sentirían felices de casarse con ellas, no obstante su fortuna perdida. En esto se engañaban las buenas señoritas: sus enamorados perdieron totalmente el interés en ellas en cuanto fueron pobres.
Puesto que debido a su soberbia nadie simpatizaba con ellas, las muchachas de los otros mercaderes y sus familias comentaban:
-No merecen que les tengamos compasión. Al contrario, nos alegramos de verles abatido el orgullo. ¡Qué se hagan las grandes damas con las ovejas!
Pero, al mismo tiempo, todo el mundo decía:
-¡Qué pena, qué dolor nos da la desgracia de la Bella! ¡Esta sí que es una buena hija! ¡Con qué cortesía le habla a los pobres! ¡Es tan dulce, tan honesta!…
No faltaron caballeros dispuestos a casarse con ella, aunque no tuviese un centavo; mas la joven agradecía pero respondía que le era imposible abandonar a su padre en desgracia, y que lo seguiría a la campiña para consolarlo y ayudarlo en sus trabajos. La pobre Bella no dejaba de afligirse por la pérdida de su fortuna, pero se decía a sí misma
-Nada obtendré por mucho que llore. Es preciso tratar de ser feliz en la pobreza.
No bien llegaron y se establecieron en la casa de campo, el mercader y sus tres hijos con ropajes de labriegos se dedicaron a preparar y labrar la tierra. La Bella se levantaba a las cuatro de la mañana y se ocupaba en limpiar la casa y preparar la comida de la familia. Al principio aquello le era un sacrificio agotador, porque no tenía costumbre de trabajar tan duramente; mas unos meses más adelante se fue sintiendo acostumbrada a este ritmo y comenzó a sentirse mejor y a disfrutar por sus afanes de una salud perfecta. Cuando terminaba sus quehaceres se ponía a leer, a tocar el clavicordio, o bien a cantar mientras hilaba o realizaba alguna otra labor. Sus dos hermanas, en cambio, se aburrían mortalmente; se levantaban a las diez de la mañana, paseaban el día entero y su única diversión era lamentarse de sus perdidas galas y visitas.
-Mira a nuestra hermana menor -se decían entre sí-, tiene un alma tan vulgar, y es tan estúpida, que se contenta con su miseria.
El buen labrador, el padre, en cambio, sabía que la Bella era trabajadora, constante, paciente y tesonera, y muy capaz de brillar en los salones, en cambio sus hermanas... Admiraba las virtudes de su hija menor, y sobre todo su paciencia, ya que las otras no se contentaban con que hiciese todo el trabajo de la casa, sino que además se burlaban de ella.
Hacía ya un año que la familia vivía en aquellas soledades cuando el mercader recibió una carta en la cual le anunciaban que cierto navío acababa de arribar, felizmente, con una carga de mercancías para él. Esta noticia trastornó por completo a sus dos hijas mayores, pues imaginaron que por fin podrían abandonar aquellos campos donde tanto se aburrían y además lo único que se les cruzaba por la cabeza era volver a la ociosa y fatua vida en las fiestas y teatros, mostrando riquezas; por lo que, no bien vieron a su padre ya dispuesto para salir, le pidieron que les trajera vestidos, chalinas, peinetas y toda suerte de bagatelas. La Bella no dijo una palabra, pensando para sí que todo el oro de las mercancías no iba a bastar para los encargos de sus hermanas.
-¿No vas tú a pedirme algo? -le preguntó su padre.
-Ya que tienes la bondad de pensar en mí -respondió ella-, te ruego que me traigas una rosa, pues por aquí no las he visto.
No era que la desease realmente, sino que no quería afear con su ejemplo la conducta de sus hermanas, las cuales habían dicho que si no pedía nada era sólo por darse importancia.
Partió, pues, el buen mercader; pero cuando llegó a la ciudad supo que había un pleito andando en torno a sus mercaderías, y luego de muchos trabajos y penas se halló tan pobre como antes. Y así emprendió nuevamente el camino hacia su vivienda. No tenía que recorrer más de treinta millas para llegar a su casa, y ya se regocijaba con el gusto de ver otra vez a sus hijas; pero erró el camino al atravesar un gran bosque, y se perdió dentro de él, en medio de una tormenta de viento y nieve que comenzó a desatarse.
Nevaba fuertemente; el viento era tan impetuoso que por dos veces lo derribó del caballo; y cuando cerró la noche llegó a temer que moriría de hambre o de frío; o que lo devorarían los lobos, a los que oía aullar muy cerca de sí. De repente, tendió la vista por entre dos largas hileras de árboles y vio una brillante luz a gran distancia.
Se encaminó hacia aquel sitio y al acercarse observó que la luz salía de un gran palacio todo iluminado. Se apresuró a refugiarse allí; pero su sorpresa fue considerable cuando no encontró a persona alguna en los patios. Su caballo, que lo seguía, entró en una vasta caballeriza que estaba abierta, y habiendo hallado heno y avena, el pobre animal, que se moría de hambre, se puso a comer ávidamente. Después de dejarlo atado, el mercader pasó al castillo, donde tampoco vio a nadie; y por fin llegó a una gran sala en que había un buen fuego y una mesa cargada de viandas con un solo cubierto. Quizás pecaría de atrevido, pero se dirigió hacia allí. La tentación fue muy grande, pues la lluvia y la nieve lo habían calado hasta los huesos; se arrimó al fuego para secarse, diciéndose a sí mismo: “El dueño de esta casa y sus sirvientes, que no tardarán en dej
Se quedó aún esperando un rato largo, observaba hacia los otros recintos para tratar de ubicar a algún habitante en la mansión, pero cuando sonaron once campanadas sin que se apareciese nadie, no pudo ya resistir el hambre, y apoderándose de un pollo se lo comió con dos bocados a pesar de sus temblores. Bebió también algunas copas de vino, y ya con nueva audacia abandonó la sala y recorrió varios espaciosos aposentos, magníficamente amueblados. En uno de ellos encontró una cama dispuesta, y como era pasada la medianoche, y se sentía rendido de cansancio, entumecido y aturdido de la aventura pasada hasta encontrar este cobijo, decidió cerrar la puerta y acostarse a dormir.
Eran las diez de la mañana cuando se levantó al día siguiente, y no fue pequeña su sorpresa al encontrarse un traje como hecho a su medida en vez de sus viejas y gastadas ropas. “Sin duda”, se dijo, “o no he despertado, o este palacio pertenece a un hada buena que se ha apiadado de mí.”
Miró por la ventana y no vio el menor rastro de nieve, sino de un jardín cuyos floridos canteros encantaban la vista. Entró luego en la estancia donde cenara la víspera, y halló que sobre una mesita lo aguardaba una taza de chocolate.
-Le doy las gracias, señora hada -dijo en alta voz-, por haber tenido la bondad de albergarme en noche tan inhóspita y de pensar en mi desayuno.
El buen hombre, después de tomar el chocolate, salió en busca de su caballo, y al pasar por un sector lleno de rosas blancas recordó la petición de la Bella y cortó una para llevársela. En el mismo momento se escuchó un gran estruendo y vio que se dirigía hacia él una bestia tan horrenda, que le faltó poco para caer desmayado.
-¡Ah, ingrato! -le dijo la Bestia con voz terrible-. Yo te salvé la vida al recibirte y darte cobijo en mi palacio, y ahora, para mi pesadumbre, tú me arrebatas mis rosas, ¡a las que amo sobre todo cuanto hay en el mundo! Será preciso que mueras, a fin de reparar esta falta.
El mercader se arrojó a sus pies, juntó las manos y rogó a la Bestia:
-Monseñor, perdóname, pues no creía ofenderte al tomar una rosa; es para una de mis hijas, que me la había pedido.
-Yo no me llamo Monseñor -respondió el monstruo- sino la Bestia. No me gustan los halagos, y sí que los hombres digan lo que sienten; no esperes conmoverme con tus lisonjas. Mas tú me has dicho que tienes hijas; estoy dispuesto a perdonarte con la condición de que una de ellas venga a morir en lugar tuyo. No me repliques: parte de inmediato; y si tus hijas rehúsan morir por ti, júrame que regresarás dentro de tres meses.
No pensaba el buen hombre sacrificar una de sus hijas a tan horrendo monstruo, pero se dijo: “Al menos me queda el consuelo de darles un último abrazo.” Juró, pues, que regresaría, y la Bestia le dijo que podía partir cuando quisiera.
-Pero no quiero que te marches con las manos vacías -añadió-. Vuelve a la estancia donde pasaste la noche: allí encontrarás un gran cofre en el que pondrás cuanto te plazca, y yo lo haré conducir a tu casa.
arse ver, sin duda me perdonarán la libertad que me he tomado.”
Dicho esto se retiró la Bestia, y el hombre se dijo:
“Si es preciso que muera, tendré al menos el consuelo de que mis hijas no pasen hambre.”
Volvió, pues, a la estancia donde había dormido, y halló una gran cantidad de monedas de oro con las que llenó el cofre de que le hablara la Bestia, lo cerró, fue a las caballerizas en busca de su caballo y abandonó aquel palacio con una gran tristeza, pareja a la alegría con que entrara en él la noche antes en busca de albergue. Su caballo tomó por sí mismo una de las veredas que había en el bosque, y en unas pocas horas se halló de regreso en su pequeña granja.
Se juntaron sus hijas en torno suyo y, lejos de alegrarse con sus caricias, el pobre mercader se echó a llorar angustiado mirándolas. Traía en la mano el ramo de rosas que había cortado para la Bella, y al entregárselo le dijo:
-Bella, toma estas rosas, que bien caro costaron a tu desventurado padre.
Y enseguida contó a su familia la funesta aventura que acababa de sucederle. Al oírlo, sus dos hijas mayores dieron grandes alaridos y llenaron de injurias a la Bella, que no había derramado una lágrima.
-Miren a lo que conduce el orgullo de esta pequeña criatura -gritaban-. ¿Por qué no pidió adornos como nosotras? ¡Ah, no, la señorita tenía que ser distinta! Ella va a causar la muerte de nuestro padre, y sin embargo ni siquiera llora.
-Mi llanto sería inútil -respondió la Bella-. ¿Por qué voy a llorar a nuestro padre si no es necesario que muera? Puesto que el monstruo tiene a bien aceptar a una de sus hijas, yo me entregaré a su furia y me consideraré muy dichosa, pues habré tenido la oportunidad de salvar a mi padre y demostrarle a ustedes y a él mi ternura.

Cenicienta y su madrastra

Hubo una vez una joven muy bella que no tenía padres, sino madrastra, una viuda impertinente con dos hijas a cual más fea. Era ella quien hacía los trabajos más duros de la casa y como sus vestidos estaban siempre tan manchados de ceniza, todos la llamaban Cenicienta.estrella
   Un día el Rey de aquel país anunció que iba a dar una gran fiesta a la que invitaba a todas las jóvenes casaderas del reino.
- Tú Cenicienta, no irás -dijo la madrastra-. Te quedarás en casa fregando el suelo y preparando la cena para cuando volvamos.
 estrella  Llegó el día del baile y Cenicienta apesadumbrada vio partir a sus hermanastras hacia el Palacio Real. Cuando se encontró sola en la cocina no pudo reprimir sus sollozos.
- ¿Por qué seré tan desgraciada? -exclamó-. De pronto se le apareció su Hada Madrina.     estrella
- No te preocupes -exclamó el Hada-. Tu también podrás ir al baile, pero con una condición, que cuando el reloj de Palacio dé las doce campanadas tendrás que regresar sin falta. Y tocándola con su varita mágica la transformó en una maravillosa joven.
Hada

jueves, 1 de diciembre de 2011

EL APARATO EXCRETOR

La excreción consiste en la eliminación de sustancias de desecho.
Los riñones son dos órganos encargados de filtrar la sangre para retirar de ella las sustancias de desecho.
La excreción consiste en la eliminación de sustancias de desecho.
Los riñones son dos órganos encargados de filtrar la sangre para retirar de ella las sustancias de desecho.
Los riñones son dos órganos encargados de filtrar la sangre para retirar de ella las sustancias de desecho.
La glándula sudorípara es una glándula tubular enrollada que está situada en la dermis y constan de largos y delgados tubos, cerrados por el extremo inferior, donde se apelotonan, formando un ovillo. Por los poros que se abren al exterior segregan el sudor, grasa sobrante liquida, con sabor salado, y una textura parecida a la orina.